lunes, 23 de abril de 2012

LECTURAS SOBRE EL EMPIRISMO Y EL RACIONALISMO

UNR – FACULTAD DE CIENCIA POLÍTICA Y RELACIONES INTERNACIONALES
FUNDAMENTOS TEÓRICOS DE LA INVESTIGACIÓN SOCIAL
NOTAS SOBRE EMPIRISMO Y RACIONALISMO:
UN PASO POR BACON Y DESCARTES
APUNTE DE CÁTEDRA
Autor: TOMÁS J. RODOREDA
ABSTRACT:
La tradición científica moderna comienza con dos corrientes de pensamiento: el
empirismo y el racionalismo. La primera tiene como base la observación de fenómenos
percibidos por la experiencia, mientras que la segunda encuentra en la razón el
fundamento. Podríamos ubicar entre otros, a Francis Bacon y a René Descartes como
figuras emblemáticas de ambas tradiciones en la medida en que centraron sus análisis
tanto en el problema del origen del conocimiento como en la cuestión metodológica.
En este trabajo se analizarán esas dos corrientes a partir de las obras Novum Organum
de Francis Bacón y Discurso del Método de René Descartes. Se presenta aquí una breve
selección de textos de cada uno de esos escritos que se perciben como los más
representativos. Dada la relevancia de ambos autores en el nacimiento de la ciencia
moderna, la lectura de este escrito no reemplaza la lectura de los textos fuentes.
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LA TRADICIÓN EMPIRISTA: FRANCIS BACON
Francis Bacon fue un filósofo y político inglés. Nació en Londres, en 1561 y falleció en la
misma ciudad en 1626. Fue miembro del Parlamento desde 1584; en 1618 pasó a ser
Canciller y Barón de Velarum. Es uno de los fundadores del método experimental;
combatió la filosofía escolástica y el saber puro, exigió de la ciencia que ayudara al
hombre a dominar la naturaleza.
Su obra Novum Organum es considerada una de las obras cumbres del conocimiento
científico de la modernidad, en ella recupera el valor de la inducción como el método por
el cual la ciencia elabora sus conocimientos.
Propone indagar no el fundamento intrínseco de la verdad sino las fuentes del error. No
aporta una estructura de conocimiento científico partiendo de sus premisas sino una
patología de los representantes y de los prejuicios humanos, es por ello que va a elaborar
la teoría de los ídolos, para luego dedicarse al estudio de los múltiples obstáculos que
entorpecen el camino del saber, esto constituye la parte más copiosa de su obra filosófica.
NOVUM ORGANUM
Con el nombre de la obra, Bacon hace referencia al libro de Aristóteles, Organum. La idea
de novum es la de renovar ese “antiguo tronco”, y reorganizar el método científico. En los
siguientes aforismos se observa la
1. Crítica baconiana a Aristóteles:
“Aforismo 11: De la propia suerte que las ciencias en su estado actual no pueden servir
para el progreso de la industria, la lógica que hoy tenemos no puede servir para el
adelanto de la ciencia.”
“Aforismo 31: Es en vano esperar gran provecho en las ciencias, injertando siempre sobre
el antiguo tronco; antes al contrario, es preciso renovarlo todo, hasta las raíces más
profundas, a menos que no se quiera dar siempre vueltas en el mismo círculo y con un
progreso sin importancia y casi digno de desprecio.”
“Aforismo 63: Un ejemplo muy manifiesto del primer género, se observa en Aristóteles que
ha corrompido la filosofía natural por su dialéctica; construye el mundo con sus
categorías; atribuido al alma humana esa noble substancia, una naturaleza expresada por
términos de segunda intención; zanjado la cuestión de lo denso y de lo raro que dan a los
cuerpos mayores o menores dimensiones en extensión, por la pobre distinción de la
potencia y del acto; dado a cada cuerpo un movimiento único y particular, y afirmado que,
cuando un cuerpo participa de un segundo movimiento, proviene éste del exterior, e
impuesto a la naturaleza otra infinidad de leyes arbitrarias (…).”
2. El empirismo como modo de acercarse a la realidad:
“Aforismo 70: La mejor demostración es, sin comparación, la experiencia, siempre que se
atenga estrictamente a las observaciones. Pues si se extiende una observación a otros
hechos que se cree semejante a menos de emplear en ello mucha prudencia y orden, se
engaña uno necesariamente. Además, el actual modo de experiencia es ciego e
insensato. Errando los hombres al azar sin rumbo cierto, no aconsejándose más que de
las circunstancias fortuitas, encuentran sucesivamente una multitud de hechos, sin que su
inteligencia aproveche gran cosa de ello, a veces quedan maravillados, otras turbados y
perdidos, y siempre encuentran algo que buscar más lejos. Casi siempre se hacen las
experiencias con ligereza, como si se jugara; se varía un poco las observaciones
recogidas, y si todo no sale a medida del deseo, se desprecia la experiencia y se renuncia
a sus tentativas. Los que se consagran más seriamente a las experiencias con más
constancia y labor, consumen sus esfuerzos todos en un orden único de observaciones,
como Gilberto con el imán, los químicos con el oro. Obrar de esta suerte es ser muy
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inexperto y a la vez muy corto de vista, pues nadie busca la naturaleza de la cosa en la
cosa misma, sino que al contrario, las investigaciones deben extenderse a objetos más
generales.
(…)Las leyes generales bien descubiertas y bien establecidas, no producen una
operación aislada, sino una práctica constante, y llevan tras sí las obras en gran número.
Pero ya hablaremos más tarde de las vías de la experiencia, que son no menos
obstruidas y dificultosas que las del juicio; en este momento sólo hemos querido hablar de
la experimentación vulgar, como de un mal modo de demostración. El orden de las cosas
exige que digamos ahora algunas palabras de los signos (mencionados antes) por los que
se reconoce que las filosofías y los sistemas en uso nada valen, y sí las causas de un
hecho a primera vista tan maravilloso e increíble. El conocimiento de los signos dispone el
espíritu a reconocer la verdad, y la explicación de las causas destruye el aparente
milagro; ambas a dos son razones bien poderosas para facilitar y hacernos menos
violenta la proscripción de los ídolos y su expulsión del espíritu humano.”
3. El doble rol que debe cumplir el hombre con respecto a la naturaleza: debe ser su
siervo y a la vez su intérprete:
“Aforismo 10: La naturaleza es diferentemente sutil que nuestros sentidos y nuestro
espíritu; de suerte que todas nuestras bellas meditaciones y especulaciones, todas las
teorías por el hombre imaginadas, son cosas peligrosas, a menos, sin embargo, que
estemos sobre aviso.”
“Aforismo 26: Para hacer comprender bien nuestro pensamiento, damos a esas nociones
racionales que se transportan al estudio de la naturaleza, el nombre de Prenociones de la
naturaleza (porque son modos de entender temerarios y prematuros), y a la ciencia que
deriva de la experiencia por legítima vía, el nombre de Interpretación de la naturaleza.”
4. ¿Cómo se conoce? ¿Cuál es la forma valida de conocimiento?
“Aforismo 14: El silogismo se compone de proposiciones, las proposiciones de términos;
los términos no tienen otro valor que el de las nociones. He aquí por qué si las nociones (y
éste es punto fundamental) son confusas debido a una abstracción precipitada, lo que
sobre ellas se edifica carece de solidez; no tenemos, pues, confianza más que en una
legítima inducción.”
“Aforismo 40: La formación de nociones y principios mediante una legítima inducción, es
ciertamente el verdadero remedio para destruir y disipar los ídolos; pero sería con todo
muy conveniente dar a conocer los ídolos mismos. Existe la misma relación entre un
tratado de los ídolos y la interpretación de la naturaleza, que entre el tratado de los
sofismas y la dialéctica vulgar.”
5. La inducción es un razonamiento que generaliza, a partir de proposiciones
singulares, un enunciado universal.
“Aforismo 19: Ni hay ni pueden haber más que dos vías para la investigación y
descubrimiento de la verdad: una que, partiendo de la experiencia y de los hechos, se
remonta en seguida a los principios más generales, y en virtud de esos principios que
adquieren una autoridad incontestable, juzga y establece las leyes secundarias (cuya vía
es la que ahora se sigue), y otra, que de la experiencia y de los hechos deduce las leyes,
elevándose progresivamente y sin sacudidas hasta los principios más generales que
alcanza en último término. Ésta es la verdadera vía; pero jamás se la ha puesto en
práctica.” 1
1 Para Eduardo Laso, el método inductivo que propone Bacon se basa en una generalización por la cual se
establecen afirmaciones sobre todos los objetos de una clase a partir de un número determinado de ejemplos
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Por ejemplo: A>B
B>C
A>C
6. ¿Cómo llama Bacón a las prenociones de la naturaleza que nos impiden conocer
la verdad?
“Aforismo 38: Los ídolos y las nociones falsas que han invadido ya la humana inteligencia,
echando en ella hondas raíces, ocupan la inteligencia de tal suerte, que la verdad sólo
puede encontrar a ella difícil acceso; y no sólo esto: sino que, obtenido el acceso, esas
falsas nociones, concurrirán a la restauración de las ciencias, y suscitarán a dicha obra
obstáculos mil, a menos que, prevenidos los hombres, se pongan en guardia contra ellos,
en los límites de lo posible.”
7. ¿Cuántos tipos de ídolos hay?
“Aforismo 39: Hay cuatro especies de ídolos que llenan el espíritu humano. Para hacernos
inteligibles, los designamos con los siguientes nombres: la primera especie de ídolos, es
la de los de la tribu; la segunda, los ídolos de la caverna; la tercera, los ídolos del foro; la
cuarta, los ídolos del teatro.”
De la Tribu:
“Aforismo 41: Los ídolos de la tribu tienen su fundamento en la misma naturaleza del
hombre, y en la tribu o el género humano. Se afirma erróneamente que el sentido humano
es la medida de las cosas; muy al contrario, todas las percepciones, tanto de los sentidos
como del espíritu, tienen más relación con nosotros que con la naturaleza. El
entendimiento humano es con respecto a las cosas, como un espejo infiel, que, recibiendo
sus rayos, mezcla su propia naturaleza a la de ellos, y de esta suerte los desvía y
corrompe.”
“Aforismo 52: He ahí los ídolos que nosotros llamamos de la tribu, que tienen su origen o
en la regularidad inherente a la esencia del humano espíritu, en sus prejuicios, en su
limitado alcance, en su continua inestabilidad, en su comercio con las pasiones, en la
imbecilidad de los sentidos, o en el modo de impresión que recibimos de las cosas.”
De la caverna:
“Aforismo 42: Los ídolos de la caverna tienen su fundamento en la naturaleza individual
de cada uno; pues todo hombre independientemente de los errores comunes a todo el
género humano, lleva en sí cierta caverna en que la luz de la naturaleza se quiebra y es
corrompida, sea a causa de disposiciones naturales particulares de cada uno, sea en
virtud de la educación y del comercio con los otros hombres, sea a consecuencia de las
lecturas y de la autoridad de aquellos a quienes cada uno reverencia y admira, ya sea en
razón de la diferencia de las impresiones, según que hieran un espíritu prevenido y
agitado, o un espíritu apacible y tranquilo y en otras circunstancia (…).”
“Aforismo 53: Los ídolos de la caverna provienen de la constitución de espíritu y de
cuerpo particular a cada uno, y también de la educación de la costumbre, de las
circunstancias. Esta especie de errores es muy numerosa y variada; indicaremos, sin
embargo, aquellos contra los que es más preciso precaverse, y que más perniciosa
influencia tienen sobre el espíritu, al cual corrompen.”
Del foro:
“Aforismo 43: Existen también ídolos que provienen de la reunión y de la sociedad de los
hombres, a los que designamos con el nombre de ídolos del foro, para significar el
previamente seleccionados. Las reglas para investigar y descubrir la verdad de Bacon consisten –sigue
afirmando Laso- en construir enunciados a partir de los sentidos y casos particulares ascendiendo
gradualmente hasta las leyes más generales. (Díaz, E., 2003: 124)
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comercio y la comunidad de los hombres de que tienen origen. Los hombres se
comunican entre sí por el lenguaje; pero el sentido de las palabras se regula por el
concepto del vulgo. He aquí por qué la inteligencia, a la que deplorablemente se impone
una lengua mal constituida, se siente importunada de extraña manera (…).Pero las
palabras hacen violencia al espíritu y lo turban todo, y los hombres se ven lanzados por
las palabras a controversias e imaginaciones innumerables y vanas.”
“Aforismo 59: Los más peligrosos de todos los ídolos, son los del foro, que llegan al
espíritu por su alianza con el lenguaje. Los hombres creen que su razón manda en las
palabras; pero las palabras ejercen a menudo a su vez una influencia poderosa sobre la
inteligencia, lo que hace la filosofía y las ciencias sofisticadas y ociosas. El sentido de las
palabras es determinado según el alcance de la inteligencia vulgar, y el lenguaje corta la
naturaleza por las líneas que dicha inteligencia aprecia con mayor facilidad. Cuando un
espíritu más perspicaz o una observación más atenta quieran transportar esas líneas para
armonizar mejor con la realidad, dificúltalo el lenguaje; de donde se origina que elevadas
y solemnes controversias de hombres doctísimos, degeneran con frecuencia en disputas
sobre palabras, siendo así que valdría mucho más comenzar siguiendo la prudente
costumbre de los matemáticos, por cerrar la puerta a toda discusión, definiendo
rigurosamente los términos (…).”
Del Teatro:
“Aforismo 44: Hay, finalmente, ídolos introducidos en el espíritu por los diversos sistemas
de los filósofos y los malos métodos de demostración; llamárnosles ídolos del teatro,
porque cuantas filosofías hay hasta la fecha inventadas y acreditadas, son, según
nosotros, otras tantas piezas creadas y representadas cada una de las cuales contiene un
mundo imaginario y teatral. No hablamos sólo de los sistemas actualmente extendidos, y
de las antiguas sectas de filosofía; pues se puede imaginar y componer muchas otras
piezas de ese género, y errores completamente diferentes tienen causas casi semejantes
(…).”
“Aforismo 61: En cuanto a los ídolos del teatro, no son innatos en nosotros, ni
furtivamente introducidos en el espíritu, sino que son las fábulas de los sistemas y los
malos métodos de demostración los que nos los imponen. Intentar refutarlos, no sería ser
consecuente con lo que antes hemos expuesto. Como no estamos de acuerdo ni sobre
los principios, ni sobre el modo de demostración, toda argumentación es imposible (…).”
8. ¿Por qué es necesario alejar a los ídolos?
“Aforismo 49: El espíritu humano no recibe con sinceridad la luz de las cosas, sino que
mezcla a ella su voluntad y sus pasiones; así es como se hace una ciencia a su gusto,
pues la verdad que más fácilmente admite el hombre, es la que desea. Rechaza las
verdades difíciles de alcanzar, a causa de su impaciencia por llegar al resultado; los
principios que le restringen porque ponen límites a su esperanza; las más altas leyes de la
naturaleza, porque contrarían sus supersticiones; la luz de la experiencia, por soberbia,
arrogancia, porque no aparezca su inteligencia ocupándose en objetos despreciables y
fugitivos; las ideas extraordinarias, porque hieren las opiniones vulgares; en fin,
innumerables y secretas pasiones llegan al espíritu por todas partes y corrompen el
juicio.”
“Aforismo 58: He aquí las precauciones que es necesario tomar para alejar y disipar los
ídolos de la caverna, que provienen ante todo del predominio de ciertos gustos, de la
observación excesiva de las desemejanzas o de las semejanzas, de la excesiva
admiración a ciertas épocas; en fin, de considerar demasiado estrechamente, o de un
modo con exceso parcial las cosas. En general, toda inteligencia, al estudiar la naturaleza,
debe desconfiar de sus tendencias y de sus predilecciones, y poner en cuanto a ellas se
refiera, extrema reserva, para conservar a la inteligencia toda su sinceridad y pureza.”
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9. La alegoría del hombre de ciencia:
Aforismo 95: “Las ciencias han sido tratadas o por los empíricos o por los dogmáticos. Los
empíricos, semejantes a las hormigas, sólo deben recoger y gastar; los racionalistas,
semejantes a las arañas, forman telas que sacan de sí mismos; el procedimiento de la
abeja ocupa el término medio entre los dos; la abeja recoge sus materiales en las flores
de los jardines y los campos, pero los transforma y los destila por una virtud que le es
propia. Ésta es la imagen del verdadero trabajo de la filosofía, que no se fía
exclusivamente de las fuerzas de la humana inteligencia y ni siquiera hace de ella su
principal apoyo; que no se contenta tampoco con depositar en la memoria, sin cambiarlos,
los materiales recogidos en la historia natural y en las artes mecánicas, sino que los lleva
hasta la inteligencia modificados y transformados. Por esto todo debe esperarse de una
alianza íntima y sagrada de esas dos facultades experimental y racional, alianza que aún
no se ha verificado.”
LA TRADICIÓN RACIONALISTA. RENÉ DESCARTES.
René Descartes es un filósofo, científico y matemático francés. Nació en La Haye en 1596
y murió en Estocolmo en 1650. Aplicó las matemáticas a las ciencias físicas y a la
filosofía, y en contra de los pensamientos escolásticos, defendió el uso del método
deductivo.
Fundador del racionalismo, no solo influyó en las generaciones posteriores, su obra marca
un punto de inflexión en la historia del pensamiento y abre el camino a una concepción
moderna del mundo.
Entre sus obras más destacadas se encuentra Discursos del Método y Meditaciones
Metafísica.
1. La razón:
Descartes consagra la razón como fuente principal de conocimiento y seguro criterio de
verdad, ya que considera a la razón -o “buen sentido”-, “la cosa mejor distribuida en el
mundo (…), es por naturaleza igual entre todos los hombres” (Descartes, 1989:28). Sobre
tales principios racionalistas apoya a su vez su famoso método de características
universales, que será, a un mismo tiempo, el punto de arranque y la meta de su filosofía.
2. El método:
La búsqueda de un nuevo método es una de las características principales del mundo
moderno. La caída de la escolástica –cuyo imperio se desarrolló en el mundo medievaldeja
un vacío que debe ser completado con una nueva concepción del mundo y de la
vida. Era necesario instalar en la sociedad un nuevo criterio de verdad y un nuevo método
que reemplazara el silogismo2 expuesto de Aristóteles y el usado durante toda la edad
media. Con respecto a los silogismos, Descartes argumenta: “en lo tocante a la lógica,
sus silogismos y la mayor parte de las demás instrucciones que da, más sirven para
explicar a otros las cosas ya sabidas, o incluso, como el arte de Lulio, para hablar sin
juicio de las ignoradas, que para aprenderlas.”(Descartes, 1989:46).
Para poder instaurar un nuevo método será necesario derribar, de forma sistemática los
enunciados o premisas de la antigua concepción. Para ello, Descartes resolvió “andar tan
lentamente y usar tanta circunspección en todas las cosas, aunque avanzara muy poco,
2 El silogismo es una forma de razonamiento deductivo que puede aplicarse siempre que se
disponga de una verdad general, esto es, de una premisa mayor (en el caso de la escolástica, la
verdad revelada). El ejemplo dado por Aristóteles es valido: “Todos los hombres son mortales”→
“Sócrates es hombre” → “Sócrates es mortal”.
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me guardaría al menos muy bien de caer. Ni siquiera quise comenzar desechando
totalmente ninguna de las opiniones que hubieran podido deslizarse otro tiempo en mi
creencia sin haber sido introducidas por la razón, hasta después de haber pasado
bastante tiempo haciendo el proyecto de la obra que emprendía y buscando el verdadero
método para llegar al conocimiento de todas las cosas de que mi espíritu fuera capaz”
(Descartes, 1989:46)3.
3. La duda:
En su libro Investigación de la verdad por la luz natural (1972), Descartes expone y
explica su famoso Cogito ergo Sum. A través de un dialogo realizado entre tres
personajes, Eudoxio, Epistemon y Poliandro, revela la implicación necesaria entre el
existir y el pensar. La premisa visible en el diálogo es la duda como rectora para llegar a
la verdad4.
Pienso luego existo es el resultado al que se arriba tras una pregunta realizada a
Poliandro. La pregunta hace referencia a su definición como cosa, la pregunta es: ¿Quién
soy yo? De la respuesta original, soy una cosa pensante, mediante la duda, se deduce:
soy una cosa pensante que duda de todo. Para dudar de todo, no debo dudar de que
dudo. Pero para dudar debo existir. Para existir no debo dudar de que existo, es necesario
que afirme Yo soy. La idea de un yo implica una existencia. De ahí volvemos a la
pregunta original: ¿Quién soy yo? Soy una cosa pensante, para ello debo existir, y si
existo dudo, y para dudar debo pensar. De ello resulta: “Pienso luego existo”. Luego
señala aquí una implicación necesaria entre el pensar y el existir. El ego cogito es la base
que no requiere ser fundamentada, en la que anclará todo el andamiaje del saber
científico.
4. El rol de la matemática:
Frente al principio de que toda realidad puede ser reducida a sus principios más
elementales, últimos y universales, la matemática apareció como la clave de acceso más
idónea a la verdad. Ella posee verdades completamente diferentes a las verdades que se
basan por entero en la experiencia. Mientras que las verdades basadas en la experiencia
dependen de ella para ser respaldadas5, la verdad de la matemática tiene como
característica que dependen de la razón, son “verdades de la razón”.
Descartes pensaba que la matemática era la única capaz de proporcionarnos un
conocimiento cierto e indudable. La mayor satisfacción que le daba la matemática a
Descartes era “que mediante él [método matemático] estaba seguro de usar en todo mi
razón, si no perfectamente, por lo menos lo mejor que yo pudiera” (Descartes, 1989: 51)6.
3En palabras de Mónica Giardina, “el método cartesiano es un método deductivo estricto, que tiene
en su base la idea de Dios y las ideas innatas existentes en la mente humana. Se trata de un
procedimiento que va de las causas a los efectos, que prescinde de la experiencia y que permite
conocer a priori toda la diversidad de esencias y formas de los cuerpos” (Díaz, E., 2003: 204).
4 Es necesario dar luz sobre este punto para no equivocarse: (refiriéndose a la duda) “No es que en
eso imitara a los escépticos que solo dudan por dudar y pretenden estar siempre perplejos, pues,
por el contrario, todo mi propósito tendía solo a adquirir seguridad y a desechar la tierra movediza y
la arena para hallar la roca o la arcilla” (Descartes, 1989: 60).
5 Un ejemplo de ello es el siguiente: si la preposición es “todos los perros nacen con dos ojos” y
esa preposición se formula basada en la experiencia, la misma dejara de ser verdadera cuando,
por experiencia, un hombre conozca un perro que nació con un solo ojo.
6 En esta línea de argumentación, Giardina opina que “la matemática es el proceder puro de la
mente conforme a su ley; en el sometimiento de la mente a sus leyes reside, precisamente, la
exigencia del método” (Díaz, E., 2003: 207). Esta concepción de la matemática como ciencia que
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5. El descubrimiento de la verdad:
Para llegar a la verdad, Descartes propone cuatro reglas, éstas dirigidas a que el espíritu
pueda formar juicios sólidos y verdaderos sobre los objetos de la ciencia:
1º Regla, la evidencia: “… no admitir jamás nada por verdadero que no conociera que
evidentemente era tal, (…) no abarcar en mis juicios nada mas que lo que se presentara
tan clara y distintamente a mi espíritu que no tuviera ocasión de ponerlo en duda”.
(Descartes, 1989:47). La evidencia hace referencia a aquello que sin la necesidad de la
experiencia puedo ver. Lo que es evidente es verdadero. Esta evidencia se sostiene, para
Descartes por la existencia de un Dios omnipresente, omnipotente y de suma bondad.
2º Regla, el análisis: “…dividir cada una de las dificultades que examinara en tantas
partes como fuera posible y necesario para mejor resolverlas” (Descartes, 1989: 48). Se
debe llegar a la naturaleza simple o elementos primarios indivisibles.
3º Regla, la síntesis: “…conducir por orden mis pensamientos, comenzando por los
objetos más simples y más fáciles de conocer para subir poco a poco, como por grados,
hasta el conocimiento de los más compuestos, y aun suponiendo orden entre aquellos
que no se preceden naturalmente unos a otros” (Descartes,1989: 48).
4º Regla, las comprobaciones: “…hacer en todo enumeraciones tan completas y
revisiones tan generales que tuviese la seguridad de no omitir nada” (Descartes, 1989:
48).
BIBLIOGRAFÍA:
- BACON, Francis (1984), Novum Organon, Madrid: Editorial Sarpe.
- DESCARTES, René (1972), Investigación de la verdad por la luz natural, México:
Editorial UNAM.
- DESCARTES, René (1989), Discurso del método, Buenos Aires: Editorial Losada.
- DIAZ, Esther, (2003), La Posciencia, Buenos Aires: Editorial Biblos.
permite alcanzar verdades abre la puerta a la necesidad de alcanzar, tal como Galileo pensaba,
una verdad para cada cosa

Lecturas sobre el Racionalismo y el empirismo

El Racionalismo


El racionalismo (del latín ratio, razón) es una corriente filosófica que apareció en Francia en el siglo XVII, formulada por René Descartes, que se opone al empirismo y que es el sistema de pensamiento que acentúa el papel de la razón en la adquisición del conocimiento, en contraste con el empirismo, que resalta el papel de la experiencia, sobre todo el sentido de la percepción.

Descartes
El racionalismo se identifica ante todo con la tradición que proviene del filósofo y científico francés del siglo XVII René Descartes, quien creía que la geometría representaba el ideal de todas las ciencias y también de la filosofía. Mantenía que sólo por medio de la razón se podían descubrir ciertas verdades universales, evidentes en sí, de las que es posible deducir el resto de contenidos de la filosofía y de las ciencias. Manifestaba que estas verdades evidentes en sí eran innatas, no derivadas de la experiencia.

El Discurso del Método es la principal obra escrita por René Descartes, considerada una obra fundamental de la filosofía occidental con implicaciones para el desarrollo de la filosofía y de la ciencia. Fue escrita en francés (a diferencia de otras obras cultas que debían estar en latín) pues Descartes deseaba que fuera accesible a un público no culto).

En ella Descartes propone en la primera parte del libro un nuevo método (la duda metódica) para llegar a un saber que sea seguro. Al mismo tiempo realiza una rotunda crítica de las ciencias y de la filosofía escolástica de su tiempo. Tras este rechazo admite que sólo las matemáticas y el conocimiento de otras gentes, mediante los viajes, ofrecen un saber o conocimiento seguro, pero Descartes termina rechazando también los viajes debido a que las contradicciones que existen entre unos pueblos y otros no le permiten descubrir la verdad. Concluye diciendo que la única forma de encontrar la verdad es en uno mismo.

En la segunda parte de ese texto Descartes se propone renunciar a la diversidad de opiniones realizadas por múltiples autores que nos han sido enseñadas y en su lugar elegir otras con nuestra propia razón. Descartes aclara que esta reforma no está encaminada a reformar la enseñanza oficial, ni el orden social, sino que sólo expone como él ha llevado a cabo una reforma de su propio pensamiento.

Entonces el autor, (el primero de la llamada modernidad), toma la decisión radical de dudar de forma metódica y provisional de todo lo que le rodea. Descartes no quería construir su sistema filosófico sobre un terreno que él no concibiera firme.

Descartes propone que no podemos fiarnos ni de los sueños, ni de los sentidos, ni del conocimiento de otras personas si no son evidentes para nosotros mismos. Pero a diferencia de los escépticos que se quedaban en la duda, Descartes fue el primero que partió de ella para edificar su teoría pues utilizó la duda como método, como medio y no como fin.

A continuación se expone de forma muy breve los fundamentos de su nuevo método:

1) No admitir jamás cosa alguna como verdadera sin haber conocido con evidencia que así era.
2) Dividir cada una de las dificultades a examinar en tantas partes como fuera posible y necesario para su mejor solución.
3) Conducir con orden mis pensamientos, empezando por los objetos más simples y más fáciles de conocer, para ascender poco a poco, gradualmente, hasta el conocimiento de los más complejos.
4) Hacer en todo enumeraciones tan completas y revisiones tan amplias, que llegase a estar seguro de no haber omitido nada.

Formuladas estas reglas Descartes las aplicó a las matemáticas, por ser consideradas el objeto más simple y claro. Gracias a esta aplicación adaptó el cálculo algebraico y el análisis a la solución de problemas. Concibió entonces el magno proyecto filosófico de fundamentar la ciencia en general.

En la tercera parte del texto, Descartes ya había establecido la duda metódica para poder llegar a la verdad, explica que, mientras se dedica a dudar de todo, tiene que crear una moral provisional que rija su vida. Esta moral provisional tenía una serie de máximas.

A) Obedecer las leyes y costumbres de su país, conservar la religión y guiarse por las opiniones más moderadas.
B) Ser lo más firme y lo más decidido en las acciones y en seguir las opiniones más dudosas como si hubieran sido verdaderas.
C) Cambiar los propios deseos antes que el orden del mundo. Afirma que nada excepto los pensamientos están enteramente en nuestro poder.

La conclusión a su moral provisional, como primer pensador moderno, es que decide dedicar toda su vida a cultivar la razón y a avanzar en el conocimiento mediante el uso de su método.

La cuarta parte es la esencial del Discurso del Método, al exponer su concepción ontológica:
El primer argumento que da para justificar la existencia de Dios (idea derivada de la evidencia –anteriormente examinada- de nuestra propia existencia, de la cual no podemos dudar) es que si tenemos conciencia de nuestra naturaleza imperfecta es porque sabemos en qué consiste una naturaleza perfecta.

El segundo argumento parte de nuestra propia imperfección, puesto que si nosotros que conocemos lo que es perfecto (y aquí preguntaría: ¿Es cierto que conocemos lo perfecto?) nos hubiésemos creado a nosotros mismos nos hubiéramos hecho perfectos. Por lo tanto se requiere un creador de nuestro ser, que tiene en sí esas perfecciones, Dios, del cual depende todo y sin el cual nada podría existir.

El tercero y último argumento que da para justificar la existencia de Dios es que Dios, entendido éste como la perfección, es lo mayor que puede pensarse. Dios tiene que existir-"argumento ontológico" tomado de la prueba de la existencia de Dios que ofrece San Anselmo- puesto que si no, podría pensarse en algo más perfecto y entonces, eso sería Dios.

La existencia de Dios a su vez nos demuestra la existencia del mundo puesto que Dios al ser infinitamente bueno y veraz no puede permitir que nos engañemos al creer que el mundo no existe, es así como Dios nos garantiza la evidencia de nuestras ideas.

Pero Descartes, al final, aun teniendo en cuenta lo dicho, afirma que es nuestro deber y no el de Dios, liberarnos de las ilusiones y evitar los errores.

En la quinta parte, Descartes habla de la formación del mundo (Le Monde) y el papel de la luz: el sol la produce, los cielos la transmiten, los planetas y la tierra la reflejan y el hombre es su espectador. Habla además de las funciones de los seres vivos, describe cómo trabaja el corazón y cómo con la dilatación y contracción éste bombea los “espíritus animales” los cuales llegan con su impulso a todos los órganos. Descartes afirma que el hombre es diferente de los demás animales porque cuenta con un alma racional (algo que ya había afirmado, palabras más, palabras menos, Aristóteles).
Concibe al organismo animal como una máquina automática (por aquel entonces se consideraba las muestras de dolor de los animales meras reacciones materiales y mecánicas, y esa creencia puede estar detrás de la tradición de la fiesta brava), y además demuestra la inmortalidad del alma humana.

En la sexta parte del Discurso del Método Descartes discurre sobre la pertinencia de la publicación de obras científicas, pues para él había primero que examinar las consecuencias y conflictos que pudieran tener en términos de beneficios materiales y morales. Descartes preveía que algunos productos científicos podrían ser mal utilizados e incluso podían ser mortales dado su mal uso. La creación de armas letales a partir del conocimiento científico no hace otra cosa que dar la razón a los resquemores de Descartes.

(Cf. http://es.wikipedia.org/wiki/Discurso_del_Método, http://www.turemanso.com.ar/fuego/filosofia/conocimientodh.html, )

martes, 17 de abril de 2012

LA POSIBILIDAD DEL CONOCIMIENTO

EL PROBLEMA DEL CONOCIMIENTO

La ciencia y la técnica avanzan día con día. La tecnología propone a diario nuevos problemas a sus creadores, sin embargo el mismo acto de conocer es un problema que el hombre aún no ha resuelto de una manera definitiva, por ello hoy estudiaremos cuáles son las interrogantes que el problema del conocer plantea al ser humano.


EL CONOCIMIENTO.- Es el resultado de la acción objeto- sujeto. Objeto es la realidad, es decir, todo cuanto existe y nos rodea. El  sujeto es el hombre, es decir, el ser que con su inteligencia capta la realidad.


EL CONOCER.-  Es el acto que lleva al conocimiento. Conocimiento y conocer están íntimamente relacionados pues no son lo mismo, puesto que el conocer es el proceso que se realiza anterior al conocimiento y el conocimiento es el resultado del acto de conocer.

PLANTEAMIENTO DE LOS PROBLEMAS DE LA TEORÍA DEL CONOCIMIENTO
Si profundizamos en la descripción del conocimiento, encontramos sin dificultad que son tres, los problemas del conocimiento

Hemos  visto que el conocimiento significa una relación entre sujeto y objeto, que entran por decirlo así, en contacto mutuo, el sujeto aprehende el objeto. Lo primero que cabe preguntar es, por, ende si esta concepción de la conciencia natural es justa, si tiene lugar en realidad el contacto entre sujeto y objeto. ¿Puede el sujeto aprehender realmente el objeto? Esta es la cuestión de la Posibilidad del Conocimiento

Tropezamos con otro problema cuando consideramos de cerca la estructura del sujeto cognoscente. El hombre es un ser espiritual y sensible. Consiguientemente   distinguimos un conocimiento espiritual y un conocimiento sensible. La fuente del primero es la razón, la del último, la experiencia. Se pregunta de qué fuente saca principalmente  sus contenidos la conciencia cognoscente. ¿Es la razón o la experiencia la fuente  y la base del conocimiento humano? Esa es la cuestión del Origen del conocimiento

Llegamos al verdadero problema central de la teoría del conocimiento cuando fijamos la vista en la relación del sujeto y el objeto.  En la descripción fenomenológica caracterizamos la relación sujeto- objeto como  una relación de determinación del sujeto por el objeto, pero muchos filósofos nos dicen lo contrario, que el objeto es el que determina al sujeto. Podemos nominar este problema como la Esencia del  Conocimiento

LA POSIBILIDAD DEL CONOCIMIENTO
¿Es posible el conocimiento? A esta pregunta contestan las siguientes posiciones epistemológicas
DOGMATISMO.- Viene de la voz griega dogma que significa Doctrina Fijada.
Es aquella posición epistemológica para la cual no existe el problema del conocimiento. El dogmatismo da por supuesta la posibilidad y la realidad del conocimiento. El sujeto de hecho aprehende el objeto, esto se da por la confianza que tiene en la razón humana no debilitada aún por ninguna duda                                                                                                                                                                                  
El hecho de que el conocimiento no sea todavía un problema para el dogmatismo descansa en una noción deficiente de la esencia del conocimiento, el contacto entre el sujeto y el objeto no puede parecer problemático a quien no ve que el conocimiento representa una relación.

Como actitud del hombre ingenuo, el dogmatismo es la posición primera y más antigua. En el periodo originario de la Filosofía domina de una manera casi general. Este problema aparece entre los sofistas, ellos son los que proponen por primera vez el problema del conocimiento y hacen imposible el sostenimiento del dogmatismo. Desde entonces se encuentra en todos los filósofos reflexiones epistemológicas.

ESCEPTICISMO.-  De escépticos: cavilar, examinar. Este niega la posibilidad del conocimiento. Según el escepticismo; el sujeto no puede aprehender el objeto. El conocimiento, en el sentido de aprehensión real del objeto, es imposible según él. Por eso no debemos pronunciar ningún juicio, sino abstenernos absolutamente de juzgar.

Mientras el dogmatismo desconoce en cierto modo el sujeto, el escepticismo no ve el sujeto. Su vista se fija tan exclusivamente en el sujeto en la función del conocimiento que ignora por completo la significación del objeto. Su atención se dirige íntegramente a los factores subjetivos del conocimiento humano.

El escepticismo se muestra ante todo en la antigüedad. Su fundador es Pirrón de Ellis (360- 270). Según él no se llega a dar el contacto entre sujeto y objeto. A la conciencia cognoscente le es imposible reconocer el objeto. Pirrón recomienda la abstención de todo juicio.

“Nada existe, y si existe no podemos conocerlo, y si lo conocemos no podemos estar seguro de que nuestro conocimiento sea verdadero

El escepticismo medio o académico, cuyos principales representantes son Arcesilao y Carnéades no es tan radical como el Pirrónico

El filósofo francés Montaigne (1533- 1592) se nos presenta con un escepticismo ético.}
Hume con un escepticismo metafísico
Y Descartes con un escepticismo metódico.

TAREA
Una vez que han leido este trabajo los estudiantes escogerán una de las corrientes sobre la posibilidad del conocimiento y tratarán de defenderla en el aula de clase:

¿Cuál es la corriente más acertada en cuanto al problema de la posibilidad del conocimiento según su criterio?

Busque otras fuentes en el Internet a fin de que la defienda de manera acertada y con argumentos en el aula de clase.

Puede consultar en el libro que sirve del fuente al artículo



Fuente: Resumen de "Teoría del conocimiento"

Autor: Johan Hessen